Las injerencias de una empresa en la política local para violentar la legalidad y subvertir la democracia son inaceptables.

Las personas honradas debemos apoyar a los políticos honestos, que no están en lo público para enriquecerse ni favorecer intereses privados, ni aceptan presiones antidemocráticas para evitar la aplicación de las leyes.
Ante la dimisión de Manuel Jesús González, hasta ahora alcalde de Tapia de Casariego, para EQUO la ciudadanía debe cerrar filas frente al ataque padecido por las instituciones locales tapiegas. Un ataque por parte de una empresa que únicamente busca el propio enriquecimiento a costa de bienes públicos, y que prefiere comprar voluntades para saltarse la legalidad y los procedimientos.
«Dentro de estas maniobras antidemocráticas se incluye la contratación de antiguos cargos políticos, tránsfugas y personas que venden su criterio al mejor postor. En este marco se entiende el presunto apoyo, presumiblemente remunerado, de personas que pasaron brevemente por organizaciones ecologistas y que hoy día viven de vender su apoyo a proyectos insostenibles. Es vergonzoso cómo se intenta dar un barniz ecologista a una explotación insostenible, primero se utilizó el nombre del FAPAS, conocido por apoyar todo tipo de proyectos sin considerar su viabilidad ambiental y ahora es una persona que estuvo vinculada hace 30 años a Greenpeace. Asimismo en el Ayuntamiento se apoyan en un tránsfuga. El resultado es un intento de poner lo público al servicio de la avaricia privada. Pedimos a PP y a Foro que no se sumen a esta situación». Asegura Francisco Fernández, portavoz de EQUO en el Occidente de Asturias.
La dimisión del alcalde abre un espacio de zozobra que podría conducir al caciquismo empresarial en Tapia.
La honestidad en la representación política y la democracia están en peligro.
MARISMA dice
No voy a manifestar mi opinion respecto a la mina, que en la dimision de Cuco ha sido la excusa, quiero manifestar mi extrañeza en el hecho de que hasta ayer la derecha campeo por Tapia, con un sistema caciquil, con prebendas a los amigos, con dificultades de todo tipo a quienes no la jaleaban, con amenazas («la ley soy yo, dijo un alcalde un dia»)…asi años y años. Quienes hoy lideran el movimiento anti.mina y tratan de involucrar a las instituciones municipales, vivian todos y se aprovecharon, algunos, de su amistad con el caciquismo. No seria dificil publicar nombres.