La Vía Asturiana es un ejemplo de la contribución de nuestra comunidad a una sociedad más democrática. Se llama así a una propuesta de reforma constitucional aprobada por el Parlamento Asturiano en 2014, que a día de hoy espera su tramitación en el Congreso.
Esta iniciativa arrancó durante el 15-M, impulsada por las reivindicaciones de una democracia real que reconociera la voluntad del pueblo como vía legislativa. Fue redactada por el catedrático asturiano de Derecho Constitucional Miguel Presno, y se basa en reintroducir en la Constitución tres artículos garantes de la horizontalidad democrática que aparecían en el primer borrador de la Transición y que, posteriormente, fueron reducidos a su mínima expresión en la versión final.
La revisión que se pretende aprobar implicaría un poder tangible en manos de la ciudadanía. No para equilibrar el eje entre la izquierda y la derecha, sino para acortar distancias entre la base social y el poder político. Este potencial es el argumento de quienes defienden la radicalidad democrática confiando en que sirva al bien común, y también de quienes alertan del peligro que supone la desinformación mediática y la instrumentalización de la opinión pública.
El tiempo y el debate social definirían el resultado, pero independientemente de cuál sea, tenemos mucho que ganar. Una sociedad que asume el protagonismo para reflexionar por sí misma sobre las mejores normas por las que regirse gana identidad y presencia, y la consecuencia es que se hace más fuerte al comprobar cómo la política no es algo ajeno a la vida cotidiana sino que la define. Necesitamos en todo caso esa sociedad consciente e interesada. Este paso es un paso más hacia delante y merece toda la gratitud y el reconocimiento hacia quienes estuvieron detrás para hacerlo posible.
Eva del Fresno es trabajadora social y especialista en género. Activista Ecofeminista en EQUO