Voto útil… ¿para quién?

2015 va a ser el año electoral de todos los años electorales. Tenemos tres elecciones en dos citas muy seguidas y eso sin apenas recuperarnos de las elecciones europeas del año pasado.

Así que, si hay una expresión que nos vamos a cansar de oír estas próximas semanas, e incluso meses, esa es “voto útil”.

Durante los 15 días de campaña, esos 15 únicos días donde los partidos pueden pedir que se les vote, habrá quien apele a nuestro sentido de la responsabilidad para depositar un “voto útil”. Habrá quien nos apremie a no desperdiciar nuestro voto, a “votar útil”. E incluso quien nos dirá que el “voto útil” es el que combate a los partidos del discurso del “voto útil”.

En todo este galimatías de votos, se me ocurre preguntar… ¿Qué es el voto útil?

Debo votar útil pero… ¿útil para quién?

¿Crees que quienes votaron al PP y han visto todos sus derechos recortados votaron útil? ¿Piensas que quienes eligieron al PSOE y ahora ven como no hace una verdadera oposición votaron útil? Según estos partidos sí, pero…

No sé cómo lo ves tú. Para mí voto útil no es el que va al partido que gana las elecciones. Ni siquiera es el que escoge a las principales fuerzas de la oposición.

Para mí, voto útil, es aquel que me representa. Aquel voto del que me siento orgullosa. El voto que no tengo que ocultar durante los cuatro años siguientes. El voto que no me importa gritar a los 4 vientos. El voto que, salga o no salga la fuerza elegida, no va acompañado de arrepentimiento por no haber votado otra cosa.

Posiblemente sea una idea inocente e ingenua, no lo dudo, pero tampoco me importa. Durante toda mi vida de “adulta” he ido a las distintas citas electorales dudando de lo que depositaba en la urna. En el mejor de los casos elegía la opción verde del momento, aunque no conociera sus propuestas. En el peor, votaba la que para mí era la opción menos mala, empujada en muchos casos por ese discurso del famoso “voto útil”. Pero siempre he salido del colegio electoral preguntándome si había votado lo correcto. Si había “votado útil”. E incluso, en ocasiones, ya con remordimientos por lo votado.

Y por fin voté útil

Eso cambió el año pasado. No sabía si EQUO lograría representación en el Parlamento Europeo o no, pero esperé ansiosa el día de ir a votar y salí contenta del colegio. Sin dudas. Sabiendo que esta vez sí. Esta vez había votado por la opción con la que me sentía cómoda. La opción que quería que hablase por mi desde las instituciones o desde fuera de ellas. Sabiendo que, pasase lo que pasase por la noche, no me arrepentiría de la papeleta depositada.

¿Y sabes qué? Salió bien. EQUO consiguió un escaño en Europa. Yo conseguí mi escaño en Europa.

Quizás si hubiera vuelto a escuchar ese mantra del “voto útil” que algunos partidos nos lanzan constantemente durante las campañas, el resultado no hubiera sido el mismo. Si quienes votamos en conciencia y no “con responsabilidad” hubiésemos sucumbido a ese discurso, puede que nuestra opción hoy no estuviera ahí. Puede que siguiésemos sin representación.
Así que, este 2015, cuando te digan que votes útil, párate y piensa para quién es útil ese voto que piden. ¿Para ti o para sus intereses?

Vota por aquella fuerza que, gane, pierda, consiga representantes o se quede muy lejos de conseguirlos te haga pensar… “Esta vez he votado útil”.

¿Tú que piensas? ¿Votas útil? ¿Crees que votar útil es votar a quién gana? ¿En las próximas elecciones para quién será útil tu voto? Di lo que opinas sobre el tema en la sección de comentarios que hay más abajo.